El taller va contigo. Me he construido un taller maravilloso, grande, un sueño. Creo que es el taller perfecto, es mi casa. Digo que es el taller perfecto porque cada milimetro cúbico de él ha sido construido pensando en la luz, en la pintura. Por decirlo de una manera, pensado para sentir la luz, la pintura. Sería el taller perfecto para cualquier pintor, o escultor o incluso músico, o bailarín. O acróbata.
Justo después, después de terminar su construcción, al poco tiempo de empezar a disfrutarlo, la vida me ha empezado a llamar hacia otros lugares… Esto me creó cierta pesadumbre. Pensaba que me había construido un taller para quedarme y ahora quería irme. Bueno, ha pasado un poco de tiempo y mi sentimiento ha cambiado. No me quiero ir de mi taller, mi taller va conmigo. Está bien ir por ahí, haciendo trabajos de taller. Y siempre es bueno volver, al lugar diáfano, lleno de oxígeno y luz, es mi casa.